© J. Peter Vizcardo Navarro
Universidad Nacional de
Ingeniería
El
objetivo de este artículo es redescubrir la importancia del casi desconocido
templo Santa Rosa de Vitarte como la primera obra de la gestión del alcalde de
Ate don Genaro Agüero en 1926, y la preponderancia limeña hacia el culto a
Santa Rosa. Es increíble saber como de un paseo piloto que iniciamos en el
Barrio Obrero de Vitarte hasta Chosica, la divina providencia nos guió hacia la
casa de la familia vitartina Vallejos, cuya señora guardiana del templo,
gentilmente nos permitió ingresar por primera vez al templo Santa Rosa de
Vitarte en la mañana del día jueves 29 de agosto del presente año, justo a vísperas
de su fiesta. Y luego de haber visto las maravillas que nunca soñé ver, tome la
firme decisión de investigar y develar los orígenes del catolicismo en Vitarte,
distrito de Ate, Lima.
Retrocedamos
en el tiempo y ubiquémonos en el año 1926. Lima estaba sumergida en pleno Oncenio
de Leguía, lleno de muy celebres obras públicas para la modernización de la
capital; el
gobierno había expedido el 28 de mayo la Resolución Suprema que exigía la asistencia
médica gratuita a operarios y empleados de fundos agrícolas; la Universidad Popular
González Prada filial Vitarte cumplía su sexto aniversario; se dejaba de
publicar el diario “La Protesta”; empezaban los preparativos para el Segundo
Congreso Local Obrero de Lima a iniciativa de los Trabajadores en Tejidos; se
multiplicaban los despidos y cierres de fábricas y la burguesía se mostraba más
intransigente frente a los reclamos; se había creado la Federación Peruana de
Fútbol y la segunda Federación Obrera Local de Lima (1922); el rector de las
Universidades Populares Gonzáles Prada había sido apresado y luego en
solidaridad se realizaba un Paro General para liberarlo a él y a Mariátegui
(1923); se había inaugurado la avenida del Progreso (hoy Venezuela) entre Lima
y La Punta (1924), obra maestra de infraestructura vial del Perú, hecho por un
ingeniero de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Vitarte
era un pueblo obrero de unos mil ochocientos habitantes (aprox.) de los cinco
mil que habitaban en el distrito de Ate, ubicado en la margen izquierda del rio
Rímac, a pocos kilómetros al este de la ciudad de Lima. Sus humildes viviendas
de caña, barro y madera estaban distribuidas alrededor de su único centro de
trabajo: la Fabrica de Tejidos Vitarte, un edificio de dos pisos con torreones
a manera de castillo y torre del reloj, en medio de chacras de algodón de las
haciendas Zavala, Vista Alegre y Barbadillo, y vecina de los cañaverales de la
hacienda La Estrella, de los hermanos Dibós, arrendada a la casa comercial
china Pow Lung & Cía. Esta fabrica fue establecida en el año 1874 por el
empresario limeño don Carlos López-Aldana. Sus obreros textiles estaban
organizados en el club Centro Sport Vitarte (1904) y Sindicato Textil Vitarte (1911),
donde planificaban sus estrategias de defensa de sus derechos laborales ante la
gerencia. La producción de tocuyos era de tal calidad y cantidad para la
exportación, que la convirtió en la primera fábrica textil del Perú, y esto se
tradujo en adelantos tecnológicos para su población, como alumbrado eléctrico,
sistema de agua y desagüe y un cine. Su nivel cultural fue altísimo, gracias a
la presencia allí de una filial de la Universidad Popular González Prada,
fundada por el líder sanmarquino Víctor Raúl Haya de la Torre, su primer
rector, y su ilustre profesor José Carlos Mariátegui, dictando eruditas
conferencias (desde 1923). Dentro del local de la fábrica, ya existían tres
locales de servicio público como una capilla, un colegio y una farmacia, por
gestión del gerente de Vitarte, W. T. Smithies. El 23 de diciembre de 1922 se
había hecho una
ceremonia organizada por el Sindicato Textil Vitarte en homenaje a la directora
Elvira Grey, profesora pionera de Vitarte; se había fundado el “Instituto
Escolar de Vitarte” (1923); se realizaba una reunión entre los hacendados del
valle del Rímac y el gerente de Vitarte interesados en la construcción del
"camino carretero de Lima a Chosica" (1925); salía el primer número
de la revista “Amauta” de José Carlos Mariátegui (1926); y ese mismo año realizaba
el primer vuelo sobre el valle del Rímac que sobrevoló los cielos de Vitarte, a
cargo del piloto norteamericano Elmer James Faucett Clark, pionero de la
aviación comercial peruana, en su avión biplano Curtiss-Oriole (tipo de
monocoque de tres plazas con un motor de 150 HP), que tenía 5 años como piloto
civil.
Vitarte
había sido testigo de dieciocho huelgas entre 1896 y 1925, siendo la más
recordada la del 11 de enero de 1915, en donde fue asesinado el joven obrero
Andrés Vilela por gendarmes, en escarmiento a las familias vitartinas que
obstaculizaban la salida de tocuyos en el tren hacia el Callao. Y habían pasado
quince años de la compra que hizo la fábrica de tejidos la Vitarte Cotton Mill
Co. Ltd. (de la W. R. Grace & Co. de Nueva York) a la Peruvian Cotton Manufacturing
Co. Ltd. (compañía de Londres). Luego de que los vitartinos unidos a todos los
gremios de Lima lograran la ley de las ocho horas de trabajo en 1919, su
horario de trabajo quedo establecido de 8 am a 4 pm, con un salario diario de
S/. 16.15 y otros beneficios como casa y comida. Habían pasado solo un año de
la partida definitiva del señor Smithies, gerente de Vitarte, y el sexto año
que se celebraba la famosa "Fiesta de la Planta", donde
confraternizaban los sindicatos obreros con torneos deportivos, esta fiesta que
congregaba a los obreros de Lima y Callao en Vitarte fue declarada en 1924 como
"Fiesta del proletariado organizado de Lima". Entre lo celebres
partidos jugados, están los encuentros entre el club local Sport Vitarte con la Federación
Universitaria de Deportes "U" (1925) y luego contra el equipo de la
Federación de Choferes donde casi todos sus jugadores eran del Alianza Lima, y
así jugo en el antiguo campo de Vitarte el gran Alejandro "Manguera"
Villanueva el año 1929, según Julio Portocarrero. Vitarte
era famoso a nivel mundial gracias a la jornada de 8 horas gestado allí.
La capital del distrito fue
desde antaño el pueblo colonial de Ate, que a través de los años experimentó
una creciente disminución de su población, la mayoría migrantes provenientes de
la costa sur y sierra central del país, llegando a solo 76 habitantes en 1920. Era
un pueblo muy pequeño con casitas de barro alrededor de una calle y la plazuela
de la iglesia, con su cementerio, rodeada, como dice Honorio Sánchez, de
"aromados viñedos, huertas de nísperos y paltos, y una que otra plantación
de caña". Se hacían ferias dominicales y corridas de toros en fiestas. Uno
de los servicios que brindaba el Concejo de Ate en aquel entonces era el
alumbrado público con kerosene, por el cual pagaban los vecinos cincuenta
centavos al mes (Barrionuevo, 1963). Una de las razones de la ruina de Ate fue
que al ser la agricultura y ganadería las únicas actividades económicas, eran
muy mal pagadas y pasivas, en comparación a la fábrica de Vitarte que era un
gran atractor agroindustrial de trabajadores, que jalaban poco a poco a sus
familiares, y así el grueso de la población del distrito se desplazó de las
haciendas del valle de Ate, Surco y otros hacia Vitarte desde 1890.
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Santa Rosa de Lima. Pintura de Angelino Medoro |
No
obstante la supremacía y densidad poblacional de Vitarte, sus vecinos todavía
eran dependientes a la antigua capital distrital, pues solo iban al pueblo de
Ate para que les expidan partidas de nacimiento, matrimonio, defunción, etc., y
enterrar a sus difuntos en su cementerio colonial. Ate les quedaba muy lejos y con
acceso difícil, a través de un camino afirmado (todavía no existía la moderna
Carretera Central) y el peligro de los asaltantes de caminos. Así, aprovechando
la reunión de hacendados en la "Comisión del Camino a Chosica" el 17
de abril de 1925, donde participó Lino E. Conroy, gerente de Vitarte, los
vecinos notables de ella organizan una junta donde deciden por mayoría
trasladar la capital distrital, y así, el 30 de setiembre de 1926 se da inicio
al nuevo Concejo Distrital de Ate en el pueblo de Vitarte, bajo la presidencia del
alcalde Genaro Agüero Ríos, y los regidores José Cevasco, Manuel Sponda,
Gustavo Martini Chutti y Antonio Guillinta, trabajadores textiles de Vitarte y
muy estimados en la localidad.
La primera obra pública del Concejo
Distrital de Ate fue la construcción del templo de Vitarte, dedicada a Santa
Rosa de Lima, gracias al pedido del Comité Pro Templo de Vitarte. En la época
colonial, en estas tierras se impartían los santos sacramentos en la Parroquia Santa
Cruz de Ate y en los oratorios de las haciendas vecinas, manteniéndose igual
entrada la República. Recién el año 1888 se establece la primera capilla católica
dentro de la Fabrica de Tejidos Vitarte, que según la descripción de la
profesora vitartina Josefa Yarlequé de Marquina
Dicho templo era pequeño con
bancas largas y reclinatorios forrados con terciopelo azul, y ¡como se
reanimaba el ambiente cuando los domingos en la mañana, los hombres con sus
ternos oscuros y las mujeres cubiertas con velos y mantillas, acudían
presurosos hasta la pequeña reja donde el guardián, Martín Heredia, les daba el
paso con un afectuoso saludo! Ya en la iglesia esperaba el sacerdote Francisco
Díaz del Rávago y Alvites, quien oficiaba la Santa Misa (Yarlequé, 1963).
Es vital aquí hacer una pequeña
reseña de la vida de Santa Rosa de Lima para entender su importancia. Nació en
la ciudad de Los Reyes el 30 de abril de 1586. Fue bautizada como Isabel Flores
de Oliva. Fue una de los trece hijos de Gaspar Flores, de San Juan de Puerto
Rico, y de María de Oliva, de Lima, Perú. Fue bautizada en la parroquia de San
Sebastián de Lima. Recibió el sacramento de la confirmación en Quives por mano
de Santo Toribio de Mogrovejo. A los veinte años se hizo Terciaria del Convento
de Santo Domingo. Fue devota de Santa Catalina de Siena, y a ejemplo de ella,
mortificaba su cuerpo con duros castigos y penitencias. Desde pequeña siento
fuerte vocación religiosa, por lo que oraba y ayunaba frecuentemente. En su
madurez, acudía a los hospitales para atender a los enfermos. Falleció en Lima
el 24 de agosto de 1617 estando enferma de tuberculosis. Fue canonizada por el
Papa Clemente X por bula otorgada en Roma el 12 de marzo de 1688, el cual mando
hacer una estatura de mármol de ella al escultor Melchor Caffá, y la regalo al
convento dominico de Lima. Luego el 12 de abril de 1671 es declarada Patrona de
América, de las Indias y Filipinas.
Las celebraciones de bendición del
templo son tan variadas, que rememoran la antigua tradición de los vitartinos
de celebrar el cumpleaños del gerente, así en el programa figuraban las
siguientes actividades: misa, procesión de Santa Rosa, recepción de sociedades
católicas y autoridades de Lima, bendición del terreno por el arzobispo de Lima,
discursos de dirigentes de Vitarte, partidos de futbol, retreta de la banda del
ejercito, y hasta pelea de gallos en el clásico Vitarte - Santa Clara (La Crónica, 3 octubre
1926).
El señor vitartino Octavio Polo en
su discurso en la ceremonia de colocación de la primera piedra del templo Santa
Rosa de Vitarte realizada el domingo 3 de octubre de 1926, otorga datos inéditos sobre la antigua fundación de la primera
capilla y su heroico, patriótico e ilustre padrino. Dijo que el 2 de setiembre
de 1888 los propietarios de la Fábrica Nacional de Tejidos Vitarte, Carlos
López Aldana y esposa, organizaron el bautizo de la capilla Santa Rosa por el
Ilustrísimo Arzobispo de Lima, Manuel Tovar, y fue padrino el presidente de la
República, Mariscal Andrés Avelino Cáceres (La Crónica, 5 octubre 1926). Esta
primera capilla estuvo ubicada dentro de la fabrica y no donde hoy esta.
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Andres Avelino Caceres. Presidente del Peru (1886-1890; 1894-1895) |
El presidente de la república
Augusto B. Leguía Salcedo coloca la primera piedra del templo de Santa Rosa de
Vitarte, como padrino, y madrina María Luisa Solari de Checa (esposa
del abogado Dr. Miguel Antonio Checa Eguiguren, embajador de Perú en Argentina), bendijo la ceremonia el
Ilustrísimo Arzobispo de Lima Monseñor Emilio Lisson. Pronunciaron discursos
alabando las cualidades del presidente Leguía, Genaro Agüero, Octavio Polo, Víctor
L. Márquez, Pablo Flores, y la niñita Irene Cruzado. El Concejo de Ate lo
recibió junto con los escolares, la niña Alicia de la Cotera lo saludó y le
entregó un ramo de violetas. Terminada la ceremonia religiosa, Fred Jackson,
gerente, y Germán Miranda, invitaron al presidente y sus invitados a una
reunión social en la casa del gerente de la fábrica de Vitarte, donde brindaron
con champagne y almorzaron pastas y refrescos. Terminado esto, Leguía y su
comitiva oficial regresó a Lima en tren extraordinario de la una de la tarde. En
seguida se realizó partido de fútbol entre Alianza Vitarte y el Instituto
Comercial Lima, gana el equipo local 1 a 0, y recibe la copa de plata donada por el
alcalde de Lima señor Dasso. Las fiestas en Vitarte concluyeron a las seis y
media de la tarde y los visitantes limeños regresaron por tren ordinario a las
siete de la noche (La Crónica, 5 octubre 1926).
El templo de Vitarte es un edificio
de planta rectangular, de cuatro metros de altura, con techumbre de madera con
teatina central, soportada por delgadas columnas de hierro, que organiza su
espacio interior en una nave central y dos laterales con capillas. Su fachada
simétrica de estilo neoclásico compuesta de tres paños estriados separados por
pilastras, con zócalo, cuerpo y remate de suave cornisa, tiene una puerta
central y dos ventanas laterales, todas con dinteles de arco de medio punto,
carpintería de hierro y vidriadas. La iluminación utilizada es de tipo cenital,
por la gran teatina central, y complementada por las cuatro ventanas que hay en
sus muros perimetrales. El presbiterio esta sobre elevado en dos gradas y tiene
una cruz alta con una mesa de altar de madera tallada. A ambos lados de este
espacio hay dos vitrales venecianos. Hay capillas laterales con los bultos de varios
santos. Adicional al templo hay una sacristía y deposito de andas, que no es
parte del proyecto original de 1926. Se nota claramente el paso del neoclásico
al neocolonial, impulsado por la primera promoción de arquitectos graduados en
la Escuela de Ingenieros (hoy Universidad Nacional de Ingeniería), pues vemos
un severo y elegante almohadillado en su muro de fachada, tomado del tratado de
Sebastiano Serlio (1537), y popularizado en Lima en la Escuela de Artes y
Oficios José Pardo (antes Hospital Santa Sofía) y el nuevo Colegio Nacional
Nuestra Señora de Guadalupe. Curiosamente el actual local del Centro Cultural
del Callao es muy similar y tal vez construido en la misma época del Oncenio de
Leguía. El templo de Vitarte guarda en su interior las imágenes de Santa Rosa
de Lima y San Martin de Porres a los lados del Cristo Crucificado que preside
el altar mayor, en las capillas laterales tenemos a la Virgen de Guadalupe
(cuadro), el Sagrado Corazón de Jesús, el Señor de los Milagros, entre otras más.
Con este hallazgo, se demuestra la
antigüedad del culto a Santa Rosa de Lima en el pueblo de Vitarte (126 años) y
su importancia histórica frente a la posterior iglesia Santa Cruz de Vitarte,
que toma los despojos religiosos de la parroquia de Santa Cruz de Ate, hoy en
el antiguo pueblo de Ate. Además queda demostrado el noble regalo que el
presidente Leguía hace al pueblo de Vitarte y se mantiene hasta hoy (el
referido templo Santa Rosa). Los personajes de la historia aquí mencionados,
como los presidentes Leguía, Cáceres, y los señores López-Aldana, Smithies,
Haya de la Torre, Mariátegui, Grey, Faucett, Vilela, Villanueva, Portocarrero, Agüero,
Yarlequé de Marquina, deberían ser revalorados como parte de la memoria
colectiva para la construcción de la hoy inexistente "identidad
ateña", y ser tomados en cuenta por los actuales docentes de los colegios
del distrito que deben impulsar serias investigaciones entre sus alumnos. Con
justicia estos ciudadanos peruanos y extranjeros merecen un busto conmemorativo
en diversos espacios públicos del distrito de Ate.
Se sugiere a la Municipalidad Distrital
de Ate que considere el valor y gran importancia del templo Santa Rosa de
Vitarte como patrimonio material mueble de "primer nivel" (según la
definición del Ministerio de Cultura del Perú) ya que es un edificio histórico
de ochenta y ocho años de antigüedad y está en buen estado de conservación,
gracias al mantenimiento diario que con mucho amor y fe dan sus devotos
vecinos. Se sugiere agregarle una placa conmemorativa, repintar el
almohadillado para resaltarlo (como su similar del Callao), la limpieza de los
vitrales, retirar los edificios adosados al templo pues siempre estuvo libre y
mejorar su campanario, e incluirla en su circuito turístico distrital. Es el
único edificio público de Vitarte antiguo que todavía existe, y es testimonio
de la gran historia de la fábrica de tejidos y la ardorosa fe de sus feligreses
obreros, en todo el valle de Ate.
Un agradecimiento muy especial a la
señora Vallejos, antigua vitartina, por permitirnos acceder al templo; a Daniel
Flores por la foto donde salgo junto a la fachada del templo, y a Guillermo
Vélez por la fotografía en el interior del templo.
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Interior del templo. Año 2014. Foto Guillermo Velez |
Bibliografía
Yarlequé
de Marquina, J. (1963). El Maestro ó
Democracia en Miniatura. Lima: Librería e Imprenta de Juan Álvarez A.
(1926,
octubre 3). Fiesta de Santa Rosa en Vitarte. La Crónica.
(1926,
octubre 5). Las fiestas del domingo en
Vitarte - Colocación de la primera piedra del templo de Vitarte - Asiste el
presidente de la República. La Crónica.
Anexo Nº 1
Fiesta de Santa Rosa en Vitarte
La
Crónica, 2 de octubre de 1926
El domingo 3 de octubre tendrá lugar en Vitarte la
fiesta de Santa Rosa con asistencia del Presidente de la República, señor
Augusto B. Leguía, y del Ilustrísimo señor Arzobispo, Monseñor Emilio Lisson.
Con este motivo circulan las siguientes invitaciones
con el programa de la fiesta:
«La Sociedad de Santa Rosa y el Comité Pro-Templo de
Vitarte a Santa Rosa, tiene el honor de invitar a las instituciones católicas y
al publico a la fiesta anual a la Santa Patrona de la localidad y a la solemne bendición
y colocación de la primera piedra de la iglesia, acto que será apadrinado por
el señor Presidente de la República y la Señora María Luisa S. de Checa.
La Comisión agradecerá a las sociedades y personas
piadosas que se sirvan realzar la ceremonia con su presencia.
Programa
7 a.m. - Misa de comunión general de la Sociedad de
Santa Rosa. Primera comunión de niños.
9 a.m. - Se sacará procesionalmente la imagen de Santa
Rosa, Patrona del lugar, al terreno donde se colocará la primera piedra.
10 a.m. - Recepción a las sociedades católicas de
Lima. Desfile de los colegios de la localidad.
11 a.m. - Llegada del señor Presidente de la República,
quien será recibido por las instituciones del lugar y el H. Concejo, haciendo
uso de la palabra en esta recepción el Alcalde señor Genaro Agüero y en nombre
del Comité Pro-Templo el señor Octavio Polo, socio de la Santa Cruz.
11 y 30 a.m. - Bendición del terreno de la iglesia por
el Ilustrísimo señor Arzobispo Emilio Lisson y colocación de la primera piedra,
apadrinando el acto el Presidente de la República señor Augusto B. Leguía y la
señora María Luisa S. de Checa.
Alocución por el R. P. Francisco M. Aramburú.
Discurso del Presidente de la Sociedad de la Santa
Cruz señor Antonio Miranda.
Mensaje de agradecimiento por la Escuela Fiscal de
Niñas N° 4367.
2 p.m. - Juegos sportivos en los que se disputaran dos
Copas de plata donados por el señor alcalde del Concejo Provincial de Lima,
señor Andrés F. Dasso, y por el señor alcalde del distrito del Rímac don Juan Ríos.
6 p.m. - Retreta por la banda del Ejercito.
NOTA - Pelea de gallos: Vitarte con Santa Clara »
Anexo Nº 2
Las
fiestas del domingo en Vitarte
Colocación
de la primera piedra del templo de Vitarte
Asiste
el presidente de la República
La
Crónica, 5 de octubre de 1926
Conforme con el
programa formulado por el Comité Pro Templo de Vitarte, se efectuó el domingo
[3 de octubre] la fiesta religiosa organizada por la Sociedad de Santa Rosa,
para la colocación de la primera piedra de la futura iglesia. Monseñor Lisson,
Arzobispo de Lima bendijo la piedra y los terrenos designados para la
construcción del nuevo templo, ceremonia que apadrinaron el señor Augusto B.
Leguía y la señora Solari de Checa. El Presidente, los ministros de Estado, el
Alcalde de Lima y los numerosos invitados y sociedades religiosas se
trasladaron a Vitarte en tres trenes que partieron en la mañana. Al llegar el
señor Leguía y su sequito a la estación de Vitarte fue objeto de una calurosa
manifestación del pueblo, y recibió la bienvenida del Alcalde de esa localidad,
señor Genaro Agüero, que pronunció un improvisado discurso, siendo muy
aplaudido. Las sociedades obreras y los colegios en correcta formación representaron
ante el jefe del Gobierno. El señor Octavio Polo, a nombre del Comité,
pronunció el siguiente discurso:
«Señor Presidente de
la República,
Ilustrísimo Señor
Arzobispo,
Señoras, Señores:
Designado por el
Comité Pro Templo de Vitarte, cábeme el honor de agradeceros en su nombre su
vuestra benévola presencia que tiene un mayor significado histórico para la
localidad por ser este la segunda vez desde su formación, que tiene el honor de
recibir una visita presidencial y con el mismo fin.
Siendo muy pequeña
esta población fabril, sus primeros propietarios señores López Aldana,
erigieron la capilla que actualmente brinda sus servicios religiosos y se
bautizó entronizando a Santa Rosa de Lima como patrona del lugar el 2 de
Setiembre de 1888, por el entonces Obispo Ilustrísimo Monseñor Manuel Tovar,
apadrinando la ceremonia el Excelentísimo señor Presidente de la República
General Andrés Avelino Cáceres, y hoy el crecimiento de la población reclama
mayor extensión para sus fieles, toca a vos señor Presidente dignarse a
apadrinar la primera piedra del que va a ser templo y santuario de la fe
cristiana.
Las pocas obras
públicas que aún se llevan a cabo aquí, como el edificio para las escuelas
fiscales, y esta qué vais a poner la primera piedra, son pequeñísimos granos de arena con
los que la obligación de todos los ciudadanos deben coadyuvar a nuestro ideal
de progreso, que con beneplácito general vemos desarrollarse en todos los
ámbitos de la República, y que la mentalidad, carácter, laboriosidad y patriotismo
de que estáis dotado, hará perdurar vuestro nombre para bien de la Nación y
ejemplo del Porvenir.
Altamente honrados
con vuestra presencia, que esta corta estadía sea tan grata como son nuestros
mayores deseos, por la cultura y respeto de este lugar».
En seguida a nombre
de los escolares, habló el profesor señor Víctor L. Márquez, director del Centro de Varones, quien dijo
así:
«Señor Presidente de
la República:
Tengo el alto honor
de daros la más calurosa bienvenida y rendiros el homenaje a que sois acreedor,
en nombre de los maestros y alumnos de la Escuela Fiscal de Varones de esta
localidad y como Director de ella, me es muy grato presentaros.
Esta honra que
recibimos, de poder saludaros en este centro fabril, es el fiel exponente de
nuestro noble espíritu que vela por el obrero y llega hasta el, dando con
vuestra presencia el ejemplo más fiel de democracia gubernativa, que será
sólido eslabón que unirá estrechamente al insigne mandatario con el hijo del
pueblo.
Todos aquí
aplaudimos con todo entusiasmo vuestra magnífica obra de reconstrucción nacional, y los
niños de Vitarte van gravando día a día en sus tiernas inteligencias los
ejemplos de vuestra poderosa energía y los de vuestro inmaculado patriotismo,
puestos a su alcance por sus maestros.
Loor a vos señor
presidente, que con incomparable energía, abrís el camino del engrandecimiento
de vuestra amada patria. Tened señor la seguridad que, nosotros los maestros,
modestos obreros intelectuales, cooperamos a vuestra hermosa labor constructiva
con el grano de arena de nuestra labor escolar, esculpiendo en sus tiernos
corazones, el recuerdo a los grandes hombres que como vos, han puesto muy en
alto el nombre del Perú, y estad seguro que las generaciones venideras os
recordarán con la gratitud que se merece el fundador de la Patria Nueva».
Terminando el acto
de la recepción de la comitiva, se trasladó a los terrenos de la nueva iglesia
donde se bendijo la primera piedra y se ofreció una misa, en un artístico altar
levantado por el Comité de Damas de Vitarte. Ofició la misa Monseñor Lisson y
pronunció una oración adecuada al acto el Reverendo Padre Fray Francisco
Aramburú. La banda de músicos del Regimiento número tres amenizó el acto con un
selecto programa musical.
En esta fiesta el
Presidente de la comunidad “La Huaca”, señor Pablo Flores, se dirigió al Jefe
del Estado con las siguientes palabras:
«Señor Presidente de
la República:
Habiendo sido
honrada hoy esta población, con la presencia del ilustre Jefe del Estado y
demás personas de su distinguido sequito, con motivo de la ceremonia que acaba
de realizarse; tócame en mi carácter de representante de la comunidad de “La
Huaca” daros el saludo de bienvenida de todos los comuneros, saludo que hacemos
extensivo al ilustrísimo y reverendísimo señor Arzobispo de Lima. Saludo
espontáneo, sincero, puro e inmaculado como lo son los lirios de nuestras
praderas y el aire perfumado de nuestros valles.
La comunidad de “La
Huaca” no rendiría un merecido homenaje al Supremo Gobierno, sino hiciere
publico nuestro reconocimiento por el enorme progreso alcanzado, en los últimos
siete años de una administración sabiamente dirigida, motivo por el que, no
deja ya duda alguna que hasta vuestros enemigos políticos no han tenido más
remedio que enmudecer ante la abrumadora realidad de los hechos. Así también
siguiendo el ejemplo dado por Ud. señor Presidente, un pequeño grupo de
trabajadores que formamos la expresada comunidad de “La Huaca”, en actuación
solemne hace dos años [1924], hicimos promesa formal ante el Prefecto del Departamento,
señor Coronel César Zorrilla Luján y la primera autoridad eclesiástica Monseñor
Lisson, de construir en terrenos comunales, un edificio destinado para dar
cabida a las dos escuelas fiscales de ambos sexos que carecen de un local
apropiado y cuya falta es notoria en esta población así como para los de todo
el valle, pues sus pobladores mandan acá a sus hijos a recibir instrucción.
Esta obra señor
Presidente se lleva a cabo con mucha lentitud es verdad, porque solo dedicamos
un día de trabajo a la semana, pues los otros días restantes tenemos que
trabajar unos en la fábrica y otros en el campo, para llevar el sustento a
nuestra familia.
Este grupo de
obreros muy pequeño por su número pero grande en sus aspiraciones, lleno de
optimismo, lleva adelante labora indicada que paso firme y resolución
inquebrantable hasta donde más se pueda, y cuando hayamos hecho todo lo que
esté a nuestro alcance, tocaremos las puertas de los Poderes Públicos, los que
no dudamos nos atenderán en tal justa solicitud, y poder llevar hasta su
culminación nuestra obra, pequeña en su construcción, pero grande con su
significado, porque en este recinto será donde se modelará los corazones de los
futuros defensores de la Patria.
Quiera la Divina
Providencia señor Presidente, concederle muchos años de vida para que continúe
la obra de resurgimiento nacional y que el Perú entero os aplaude».
También en este acto
la niñita Irene Cruzado, pronunció el siguiente discurso:
«Señor Presidente de
la República:
La voz de los niños
de Vitarte no he podido dejar de llegar hasta vos egregio y máximo mandatario
del Perú. En representación de ellos vengó yo la más modesta de todas, para
manifestaros la gratitud inmensa que por nos sienten nuestros infantiles pechos
pues somos nosotros los que usufructamos los inmensos beneficios de la magna
obra de reconstrucción nacional que estáis empeñado en llevar a cabo.
Si las futuras
grandezas del Perú cuyas bases estáis echando con ahínco y talento inimitable
constituirá la gloria y el esplendor de los hombres y mujeres de mañana, los
que somos los pequeñuelos de hoy.
A vos debemos señor
Presidente, el que las caricias de nuestros padres se nos prodigan más dulces y
tiernos pues estos al mirarnos nos consideran los afortunados de una patria
inigualada que teniendo en Leguía su forjador tendrá en nosotros el sostén de
su grandeza.
Los trabajadores de
Vitarte que siempre se han hallado a la vanguardia de los movimientos que
significarían bienestar para las clases laboristas, han aplaudido siempre en
vos al paladín de los derechos obreriles y ha querido que apadrinéis la
ceremonia de la colocación de la primera piedra del templo a la más grande
santa del Continente: Rosa de Santa María, nosotros los hijos de la lumbre del
hogar, nos cuentan vuestras hazañas y patrióticos desvelos, os bendecimos en
tan señalado día.
Ayudadme señores a
levantar mi débil voz para decir: Viva el Presidente de la República. Viva la
señora madrina».
Terminada la fiesta
religiosa el Gerente de la Fábrica de Vitarte señor Fred Jackson y el señor
Germán Miranda invitaron al señor Leguía y a los distinguidos concurrentes a
esta fiesta, al local de la Fábrica, pasaron enseguida a la casa del señor
Gerente donde se brindó con champagne y se atendido a los visitantes con pastas
y refrescos. En seguida el señor Presidente de la República y la comitiva
oficial regresó a Lima por tren extraordinario a la una del día.
Celebrándose este
mismo día la fiesta de Santa Rosa, Patrona de Vitarte, la imagen de la santa
fue sacada en procesión con numerosa asistencia de fieles, presidida por Lucia
Revenga, Presidente del Comité de Damas. Las señoritas Martina García L. y
Felicita Alfaro colocaban a los concurrentes elegantes discos, cuyo producto
estaba destinado a incrementar los fondos para el templo.
En la tarde se llevó
a cabo el match de foot ball, para disputarse la Copa donada para este torneo
por el Alcalde de Lima, señor Dasso. Tomaron parte en este match los equipos
del club “Alianza Vitarte” y el “Instituto Comercial Lima”. La copa fue ganada
por los de Vitarte.
Las fiestas de Vitarte terminaron a las seis y
media de la tarde y los concurrentes limeños regresaron por el tren ordinario a
las siete de la noche.
¿Tiene un mail donde le podemos escribir?
ResponderEliminarLa fotografía del Presidente Leguia no menciona la fuente, si usted es historiador debe saber que se debe mencionar la fuente
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